Ayer, escuchando al sacerdote de mi pueblo, me dí cuenta una vez más de por qué la gente sufre. Sus palabras querían dar aliento a una familia rota por el dolor de una pérdida y léjos de juzgar el sermón, puesto que muchas de las cosas que decía eran bonitas, cálidas y reconfortantes para esos corazones heridos, otras sin embargo me sonaban a discurso demasiado manido ya acerca de la culpa y el sufrimiento como condenación o condecoración de una humanidad que profesa una fe en la que el sufrimiento está asociado con el Amor y en la que según expresaba ayer este pastor, cuanto más grande es el Amor, más grande es el sufrimiento y de ahí que los grandes «santos» hayan sido grandes sufridores…
Personalmente respeto cualquier tipo de fe y por supuesto, lo que quiero expresar nada tiene que ver con ningún juicio a ninguna persona o religión, simplemente es una observación que me lleva a encontrar más claves para entender el por qué la gente sufre tanto.
Ayer, como cada día de mi vida, pude sentir ese «dolor humano» en los rostros de la gente, pude ver tras su «apariencia» tristezas que hacen que la vida cueste vivirla y eso me entristece y me hace cuestionarme y tratar de buscar en antídoto a esta plaga que nos está conviertiendo en muertos vivientes, arrebatándonos la inocencia, la ilusión, la pasión, la fe , la gratitud, el Amor propio, el respeto y hasta la dignidad.
Lo que más me entristece es sentir que no nos han «programado» para ser Felices, no nos han educado para Ser Libres, no nos han enseñado a ser merecedores de todo lo bueno que hay en este mundo para nosotros… No, al contrario, nos han inoculado el miedo, la culpa, el sufrimiento, el apego, la castración, la cesión de poder, el juicio… Y así no hay quien pueda combatir con esta plaga… Yo, a veces me siento impotente, porque veo que hay personas que la enfermedad ya está tan metida en su ser, que es imposible que sanen porque no quieren. Veo esa doble moral buscando una «beatificación» absurda a su dolor, cuando tan sólo son corazones que se han convertido en «víctimas» en busca de «verdugos» para poder justificar su dolor anestesiándose con cualquier ideología, dogmas, maestros, religiones…Que sólo los meten más en la rueda convirtiéndonos en hamsters que nos utilizan como experimentos sociales, mientras unos cuántos manejan los hilos a su antojo… Y qué podemos hacer?. Pues tan sólo DESPERTAR A LA REALIDAD.
SENTIR, dejar de pensar, acallar la mente y escuchar al CORAZÓN, quitarse las caretas de lo «políticamente» correcto y SER HUMANOS, no robots manejados por una sociedad caduca, enferma de valores, carente de sentido que nos conduce al precipicio del hastío, la deshumanización y la locura…
Me parte el corazón ver a gente que se suicida, que no quiere vivir, que le «duele» la vida…
Me parte el corazón ver las «máscaras» de la hipocresia, de la falsa apariencia, del escaparate de vidas perfectas con trastiendas que huelen a podrido… Y me duele ver la falta de AMOR, de generosidad, de VERDAD… Se me parte el Alma cuando veo cómo personas tan Grandes, que están paralizadas porque el MIEDO las atrapó…
POR FAVOR, tomemos conciencia de QUÉ estamos haciendo con nuestra vida. De PARA QUÉ hacemos lo que hacemos. QUÉ nos mueve en la vida. DESDE DÓNDE hacemos las cosas y QUÉ dejaremos aquí como semilla el día que el juego terminé y abandonemos esta Vida… Porque nunca sabemos si hoy será el último día de la partida…Por eso…JUÉGALA BIEN, DIVIÉRTETE, DISFRUTA, COMPARTE, AGRADECE Y SÉ FELIZ…